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Luego de la pandemia el comportamiento económico de muchas personas ha comenzado a mostrar un patrón común: Vivir intensamente el presente sin pensar demasiado en el futuro. Pero la verdad es que no le podemos echar toda la culpa a ese momento olvidable de nuestras vidas, porque existe un fenómeno con nombre propio que es estudiado por psicólogos y economistas, y denominado hiperoponencia

La hiperoponencia refleja una tendencia en la que la gratificación inmediata y el consumo instantáneo prevalecen sobre las decisiones financieras a largo plazo. En el contexto actual, ¿estamos viviendo el presente y dejando que el futuro se resuelva solo? ¿Cómo afecta este comportamiento al bolsillo?

¿Se nos hace costumbre vivir el hoy y pensar que mañana alguien proveerá?

¿Qué es la Hiperoponencia?

El término proviene de la palabra “oponencia” que se refiere a la capacidad de posponer gratificaciones. En este caso, el prefijo “hiper-” hace referencia a la tendencia extrema de evitar pensar en el futuro o en las consecuencias de nuestras decisiones financieras. En lugar de ahorrar, invertir o planificar, muchas personas prefieren disfrutar del momento, gastando en cosas que les proporcionan satisfacción inmediata, como viajes, compras impulsivas o entretenimiento.

Aunque este comportamiento es parte de la naturaleza humana, la hiperoponencia está tomando más relevancia en un mundo altamente conectado, donde las redes sociales y la publicidad influyen constantemente en nuestras decisiones de consumo.

La hiperoponencia puede impactar en las finanzas personales

La hiperinmediatez que promueve la hiperoponencia tiene un fuerte impacto en cómo gestionamos el dinero. Algunas de las consecuencias más comunes incluyen:

1. Ahorro insuficiente para el futuro

La necesidad de disfrutar el momento se convierte en la prioridad, relegando las inversiones a largo plazo. Esto crea una falsa sensación de seguridad, ya que el futuro parece estar muy lejano, hasta que llega el momento de enfrentar imprevistos económicos o la jubilación.

2. Endeudamiento crónico

La falta de planificación financiera y la tendencia a vivir el presente también pueden llevar a una mayor dependencia de las tarjetas de crédito y préstamos personales. Las compras impulsivas se financian con deuda, lo que lleva a que muchas personas se encuentren atrapadas en un ciclo de pago de intereses y cargos adicionales, sin poder salir de ese círculo vicioso.

3. Esquivar las oportunidades para hacer crecer los ahorros

La inversión, especialmente a largo plazo, requiere paciencia y una visión futura. Sin embargo, la hiperoponencia está directamente vinculada con la aversión a tomar riesgos a largo plazo. En ciertos casos se prefiere invertir en bienes de consumo -como autos, tecnología o ropa- que ofrecen una gratificación inmediata en lugar de poner su dinero en instrumentos financieros que generen rendimientos con el tiempo, como bonos, acciones o bienes raíces.

¿Por qué elegimos vivir el presente?

Vivir el presente con la expectativa de que el futuro se resuelva solo puede ser resultado de varias causas psicológicas y sociales:

  1. La cultura de la inmediatez: En un mundo donde las compras online, las apps de entretenimiento y las redes sociales nos ofrecen recompensas instantáneas, la gratificación inmediata se convierte en una norma. Esta cultura de la inmediatez influye profundamente en cómo manejamos nuestro dinero, ya que nos acostumbramos a obtener lo que queremos al instante.
  2. Incertidumbre económica: En países con alta inflación o inestabilidad económica, las personas tienden a concentrarse en el presente porque perciben que las condiciones del futuro son inciertas. Esto puede llevar a la creencia de que, en vez de ahorrar para lo que viene, es mejor disfrutar lo que se tiene ahora.
  3. Falta de educación financiera: En este punto se nos parte el corazón, pero si estás leyendo esto es que hay esperanzas. La falta de comprensión sobre la importancia de planificar el futuro y cómo la economía personal funciona puede llevar a la adopción de hábitos financieros irresponsables. Sin una educación financiera sólida, es fácil caer en el error de vivir solo para el momento sin anticipar las consecuencias.

Cómo combatir la hiperoponencia en las finanzas personales

Acá nadie va a juzgar a nadie porque sabemos que existe la tentación de vivir el presente y relajar un poco. Sin embargo existen formas de equilibrar las decisiones del día a día con la planificación financiera a largo plazo. Llevate algunas sugerencias gratis:

  1. Establecer metas financieras claras. Por ejemplo, fijar un porcentaje del ingreso mensual para ahorrar o invertir. Si al principio es solo una pequeña cantidad, ¡está bien igual! 
  2. Crear un fondo de emergencia: Te proporciona tranquilidad y permite afrontar cualquier eventualidad sin recurrir a endeudamientos.
  3. Planificar a largo plazo: Las inversiones a largo plazo pueden ofrecerte una rentabilidad mucho mayor que el gasto inmediato. 
  4. Educación financiera: Comprender cómo funcionan las finanzas personales, los intereses compuestos y los diferentes productos financieros disponibles puede ayudarte a tomar decisiones más informadas y a evitar la tentación de vivir únicamente para el presente.

Por supuesto que esto no aplica a casos en los que los ingresos son realmente bajos y tratamos de adaptarnos a esas posibilidades. Hace referencia a cuando se sostiene en el tiempo la gratificación inmediata y la falta de previsibilidad, aún cuando el sueldo permitiría planificar un ahorro que nos brinde seguridad en el futuro y concretar metas más importantes. 

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