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¿Es lo mismo situación económica que situación financiera? ¡Nop! Por lo general, estos términos se usan como sinónimos, pero en realidad se refieren a conceptos diferentes. Si estudiaste este tema en la secundaria, te parecerá obvio, pero para la mayoría puede ser confuso. Aquí te lo explicamos en un minuto.

Por un lado, la situación económica se refiere al conjunto de bienes y activos que componen el patrimonio de una persona o de una empresa. Por otro, la situación financiera se enfoca en la liquidez, es decir, en la cantidad de efectivo disponible para cubrir deudas y gastos inmediatos. Vamos a profundizar en estas diferencias.

¿Cuál es la diferencia entre económico y financiero?

Lo económico abarca la cantidad de dinero que se puede atribuir a una empresa o persona. En otras palabras, se refiere a la riqueza acumulada. Por ejemplo, propiedades, inversiones y otros bienes de valor.

Lo financiero se enfoca en la fluidez de dinero, es decir, en la liquidez. Se trata de la capacidad de disponer de efectivo o medios de pago inmediatos. Esto es vital para la gestión diaria de finanzas, ya que sin liquidez, no se pueden pagar deudas ni cubrir gastos ordinarios.

Otra diferencia importante es el enfoque temporal. La situación económica generalmente se evalúa a largo plazo, lo que incluye la valoración de tendencias económicas amplias, como el crecimiento del PIB (Producto Bruto Interno) o la inflación. Este análisis es útil para planificar estrategias de inversión y ahorro a largo plazo.

En contraste, la situación financiera puede ser tanto a corto como a largo plazo, pero con un énfasis en la capacidad de cumplir con obligaciones inmediatas, yo que resulta imprescindible para operar eficientemente y cumplir con compromisos financieros a medida que surgen.

¿Es importante que sepas la diferencia entre un término y otro? Sí, claro, y es que la situación económica afecta decisiones de políticas económicas que pueden influir en la economía general, y la situación financiera afecta directamente la capacidad de una entidad para operar, crecer y cumplir con sus obligaciones. En ambos casos, ya sea que tengas una empresa o no, ambas situaciones tienen un impacto y relevancia diferente en tus finanzas.

¿Por qué es importante conocer tu situación económica? 

Porque te da una visión general del nivel de solvencia personal o de tu negocio, lo que es importante a la hora de planificar a largo plazo y evaluar la capacidad de generar riqueza y valor a lo largo del tiempo. Si tenés ese objetivo, te recomendamos mantener una observación periódica o, como mucho, trimestral, para ajustar tu estrategia de inversión y ahorro.

En cambio, la situación financiera se refiere a la liquidez, es decir, al efectivo que se tiene a disposición para cubrir gastos inmediatos. A diferencia del caso anterior, tu situación financiera es buena cuando contás con suficientes medios de pago para cumplir con las obligaciones a corto plazo, lo que te permite manejar los gastos diarios y emergencias sin recurrir a un endeudamiento excesivo. 

Vamos con un ejemplo

Pato trabaja en una empresa de tecnología, en un gran puesto jerárquico. Su sueldo es muy alto, y tiene un empleo estable con excelentes beneficios. Además, tiene experiencia en su campo, lo que le asegura una importante demanda laboral. A nivel financiero, está en una posición muy favorable debido a su alta capacidad de generación de ingresos y su seguridad laboral.

Sin embargo, Pato debería ordenar su situación económica. Tiene varias tarjetas de crédito con altos saldos pendientes, un préstamo prendario costoso, y no logró hacer buenas inversiones. Además, no tiene ahorros ni fondo de emergencia. Digamos que la pilotea bien en el día a día con su sueldo.
Su situación financiera no es mala, pero la económica podría mejorar.


En conclusión

Un buen ejemplo de una situación financiera sólida es cuando tenés suficiente dinero en tu cuenta bancaria para cubrir tus gastos mensuales. Pero ojo, que aun así tu situación económica puede no ser tan fuerte debido a la falta de activos significativos.

Entonces, es posible tener una buena situación financiera (liquidez) pero una mala situación económica (poco patrimonio) y viceversa. Por ejemplo, si tenés dinero en efectivo, pero también tenés muchas deudas, esto último afecta negativamente tu situación económica. Por el contrario, que cuentes con muchos activos, pero con poca liquidez inmediata, complica tu situación financiera.

Entender estas diferencias y observar ambas situaciones regularmente es de gran ayuda para que puedas tomar decisiones más informadas y gestionar mejor tus finanzas personales o empresariales de forma estratégica. Pero más importante aún, este conocimiento es imprescindible para mejorar tu salud financiera. ¡Vamos por ello!

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