Nos preguntamos por qué algunos eventos en vez de provocarnos felicidad, nos tensionan. En este caso te proponemos debatir sobre posibles métodos para evitar el estrés financiero que pueden generarnos celebraciones como el Día de la Madre.
El primer signo para tener en cuenta es cuando sabés que se acerca la fecha y los pensamientos que surgen son en torno al regalo y a los gastos que implican la celebración. Muy en segundo plano queda el tema de la reunión familiar y el tiempo de calidad compartido. Esto no es nada incoherente, porque en el mundo actual lo económico atraviesa la mayoría de nuestras vivencias. ¿Lo podemos evitar? Vos nos dirás.
Endeudarse para comprar el regalo del Día de la Madre
¿Adónde quedaron aquellos días en los que podíamos hacer feliz a alguien obsequiándole un dibujo o un collar de fideos? En la vida adulta a veces consideramos endeudarnos para comprar regalos, y eso tiene explicaciones emocionales, sociales, y económicas. A lo mejor algunas te resulten conocidas:
Presión social y expectativas culturales
Por ahí quisimos creer que la mejor manera de demostrar afecto es con un gran regalo material, como si el precio fuese directamente proporcional al amor o gratitud que sentimos. Y si nos comparamos con lo que regalan nuestros hermanos y hermanas estamos en el horno.
Compensación emocional
Nos borramos la mayor parte del año, y en un domingo de octubre intentamos resarcir la falta de tiempo y atención con un regalo caro.
Falta de planificación financiera
Ouch, este punto nos duele fuerte. Las compras de último momento son comunes en estas fechas, y suelen costarle caro al bolsillo. Agarrás lo primero que encontrás sin evaluar otras opciones ni aprovechar promociones. Como no habías designado un presupuesto coherente que marcara la cancha para limitar el gasto, es posible que asumas una deuda que va a tener consecuencia durante varios meses.
Falta de alternativas creativas
Carecer de imaginación o creer que los regalos materiales son los únicos valiosos, pueden llevar al endeudamiento. ¿Y si tu mamá solo quería una tarde de mates con vos o un plantín armado con tus propias manos?
El tiempo de calidad no está lo suficientemente valorado 😓.
6 propuestas para evitar el estrés financiero en fechas comerciales
Vale la pena hacer la cosa bastante genérica y no centrarnos solo en el Día de la Madre, porque solemos pisar el palito en cualquier fecha comercial.
Planificá
Por favor armá un presupuesto realista y organizate para tener tiempo de comparar precios y hacer la compra más inteligente de acuerdo a las promos disponibles.
Sincerate
Si no estás viviendo tu momento de mayor estabilidad financiera, no da exigirle a tu presupuesto algo que no puede dar.
Pensá en sus gustos más que en las tendencias
¿Vos dele hacer números para comprarle algo caro que viste en Instagram, y tu mamá deseando que alguien le regale unas pantuflas cómodas? Prestale atención 😏.
Considerá regalar experiencias
¿Qué tal si salen a merendar? También podés hacerle las manos o brindarle una sesión de spa facial. Cuando los años pasan solemos recordar con más sinceridad cómo nos sentíamos mientras hacíamos algo, que los objetos que tuvimos.
Armá tu calendario de promociones y descuentos
Esto tiene estrecha conexión con el punto 1. Por ejemplo, si ya sabés que en octubre hay Smartes y un Especial Día de la Madre con Naranja X, organizate para comprar en esas fechas.
¿Sale una vaquita?
Si te organizás con otras personas pueden comprar algo más significativo que por separado, y ahorrar.
Ojalá te sirva esta nota como disparadora para evaluar por qué a veces nos metemos en unos berenjenales que no valen la pena. Ojo, no quiere decir que no podamos comprarle un lindo regalo a mamá en 12 cuotas. Lo que te pedimos es que analices si ese gasto no va a desestabilizar tus finanzas.
Por lo pronto, está bueno recordar que Smartes y el Especial Día de la Madre son herramientas para comprar con ahorro y/o cuotas sin interés. También tené en cuenta que el tope de reintegro de cada promo es por operación, no por día o por mes 😏.
Deseamos fuerte que vayamos cambiando el chip y nos adueñemos de buenos hábitos para evitar el estrés financiero en contextos de celebración.
