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Si ver lo que te queda cuando abrís el homebanking te da un poco de cuiqui, y la frase “llegar a fin de mes” te resulta antipática, ¡que no panda el cúnico! Llegaste al lugar indicado para llevarte unos tips infalibles para ahorrar dinero.

¿Por dónde empezar? La verdad de la milanesa es que para ahorrar dinero tenés que poner las cartas sobre la mesa y pensar sobre tus objetivos. Nos encanta imaginarnos en una playa paradisíaca de vacaciones pero, ¿se ajusta a nuestra realidad? Veamos un paso a paso que sin duda será de ayuda.

  1. Fijar un objetivo realista 

Cuando reflexionamos de métodos para ahorrar dinero, hablamos también de armar un presupuesto y un plan que se adapte a vos. ¿Qué querés hacer de acá a 5 años? ¿Cuáles son tus objetivos a corto plazo? Para lograrlo, es mejor empezar de a poco. 

Ya te contamos que la parte de nuestro ingreso destinada al ahorro puede variar según la realidad de cada persona. Entonces, si un plan que a alguien le podría llevar un año, a vos te lleva cinco, ¡está bien! 

Ahora, ¡manos a la obra! Empecemos con esos tips para ahorrar dinero.

  1. Exterminá los gastos hormiga

“¿Pedimos delivery? No tengo ganas de cocinar”, “Ya fue, vamos en taxi”, “Se rompió, compremos uno nuevo en vez de arreglarlo”. Si esto te suena familiar y habitual, ¡salí de ahí, Maravilla! 

Todos esos gustitos que te das en el mes en realidad son gastos que se van sumando y no los ves, hasta que llegás al día 30 como el Travolta del gif buscando dónde se te fue la plata. 

Hablando en serio, estos se llaman “gastos hormiga” y pueden afectar tu economía personal seriamente. No nos damos cuenta que el cafecito, las medialunas o una salida de más el finde pueden jugar un rol negativo en nuestros ahorros. 

La mejor forma de detectarlos es que tengas un control sobre tus gastos. Si eliminás o reducís esos extra, vas a poder sumar un buen monto al chanchito.

  1. Clasificá tus gastos

Parte del rastreo de los gastos hormiga es clasificarlos. Revisá tus compras para detectar cuáles podrías haber evitado. Quizás la taza de unicornio no era tan necesaria después de todo, ¿no? 

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, y tener el control de tu dinero es igual a que armes un presupuesto para organizarte. Sin duda, una parte esencial en cómo aprender a ahorrar dinero.

Podés arrancar de a poco, con una planificación semanal e ir subiendo de nivel a medida que vayas teniendo más cancha. Lo primero y principal es que identifiques tus gastos fijos y variables:

  • Los gastos fijos son los que tenés que pagar sí o sí todos los meses: alquiler, los servicios, las expensas, obra social, comida, impuestos personales (como el monotributo e ingresos brutos) y la tarjeta de crédito, por ejemplo. 
  • Por otro lado, los gastos variables son los que podés elegir hacer o no. Dentro de esta categoría podemos encontrar las salidas, el transporte, ropa y todos donde tenés un margen de maniobra. Si un mes estás dulce y querés saciar un antojo, ¡hacelo! Pero si andás con lo justo, mejor dejarlo para otro momento.
  • Dentro de tu organización, no tenés que olvidarte del fondo de emergencia. Esta plata, es tu salvavidas financiero. Solo vas a recurrir a esta plata si se te está hundiendo el bote. Por ejemplo: si se rompe un caño, tenés una emergencia médica o cualquier gasto imprevisto y urgente que tengas que resolver. 

Acordate, es de e-mer-gen-cia. Podés destinarle una parte de tus ahorros: lo ideal es que llegues a cubrir seis meses de gastos fijos, pero podés ir aportando lo que puedas mes a mes.

Con el presupuesto listo, ya tenés el mapa para ordenarte. Probablemente encuentres varios ítems en los que podés achicar gastos sin dejar de darte gustos. ¿En tu placard hay ropa sin estrenar que no entendés por qué compraste? Como dice la Chiqui de Villa Cañás, “¡así, no; así no!”. 

  1. ¡Apagá la luz!

¿Es necesario que tengas todo el castillo prendido? Pensala dos veces. Si estás en la cocina, ¿para qué querés tener la luz de la habitación encendida? Además de cuidar el medioambiente, vas a ahorrar en la factura a fin de mes. Otro tip: si todavía no cambiaste las lamparitas por las de bajo consumo, este es tu recordatorio para hacerlo ahora. 

Con todo esto, ya tenés las bases para empezar a ahorrar. No te frustres si no llegás a tu objetivo, andá construyendo las bases pasito a pasito y, a medida que tengas más cancha, vas a organizarte mejor. Con estos trucos para ahorrar dinero día a día, ¡solo te queda empezar a hacerlo!

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