Ponerse en los zapatos del cliente por un día puede ser el truco que tu negocio necesita para brillar. Acá te contamos cómo mejorar la experiencia de compra y hacer que vuelvan por más.
¿Alguna vez te preguntaste qué siente un cliente al interactuar con tu marca? 👀 A veces, los detalles que pasan desapercibidos pueden marcar la diferencia entre una experiencia “meh” 😕 y una inolvidable😁.
Con el auge de las apps y billeteras virtuales, gestionar y comprar online debería ser tan fácil como respirar, pero ¿es así de simple para quienes eligen tu negocio?
¡Hacete cliente por un día! No solo es divertido, sino también revelador. Este ejercicio te va a ayudar a detectar puntos fuertes y áreas de mejora en tu servicio. Desde el diseño de tu web hasta la velocidad del checkout, cada detalle cuenta. ¿Empezamos con este desafío?
Explorando tu negocio desde la mirada del cliente
Ponete en modo cliente y empezá por el inicio: tu página web 🌐
¿Es fácil encontrar lo que buscás? Simulá ser un cliente primerizo, explorando categorías y productos sin conocimientos previos. Observá:
- Diseño y navegación: ¿Tu web es atractiva y fluida o parece un laberinto?
- Tiempo de carga: Si tarda más que un bostezo, ya tenés un problema.
- Información clara: ¿Las descripciones y fotos responden todas las preguntas del cliente?
Un diseño limpio y rápido optimizado para dispositivos móviles es la clave. Según la consultora Taquion, el 80% de los argentinos usan apps desde su celular. Así que tu web tiene que ser amigable para este dispositivo.
Además, hacé una compra en tu propia tienda para vivir el proceso completo, desde la búsqueda hasta el checkout. Preguntate:
- ¿El carrito es fácil de usar?
- ¿El pago se realiza en pocos pasos?
- ¿Ofrecés opciones de pago variadas?
Las billeteras virtuales como la de Naranja X facilitan este paso al ofrecer seguridad y rapidez, dos aspectos clave para cerrar ventas. Revisá si tu plataforma está optimizada para este tipo de transacciones.
Por último, chequeá la comunicación post-compra para saber qué pasa después de que el cliente compra. La experiencia no termina cuando paga. Mirá los correos de confirmación, seguimiento de envío y mensajes. ¿Son claros y útiles? Una comunicación detallada sobre el estado de los pedidos genera confianza y reduce consultas repetidas.
Probando todos los dispositivos y canales
¿Qué tal funciona tu negocio desde el celular? Cada vez más personas compran desde sus teléfonos. Probá tu sitio o app en diferentes dispositivos y resolvé:
- ¿La interfaz es responsiva? ¿Se adapta bien a la pantalla del celu?
- ¿El texto y los botones son legibles y fáciles de presionar?
Asegurate de que tus clientes puedan navegar con la misma facilidad desde una notebook, tablet o smartphone.
Hacete fan de tu atención al cliente. Escribí a tu equipo de soporte o probá el chatbot. ¿Respondieron rápido y con amabilidad? Si notás demoras o respuestas poco claras, ajustá la capacitación o los recursos. El buen soporte siempre es un diferencial.
¿Qué pasa con las devoluciones? Probá devolver un producto para saber qué onda esta parte del proceso. Muchas veces se subestima y puede ser decisiva para que un cliente vuelva. Revisá que las políticas sean simples y transparentes, y que el trámite no sea un dolor de cabeza.
Escuchá lo que tienen para decir tus clientes
¿Leés las reseñas y opiniones? Deberías. Visitá Google My Business, redes sociales y la sección de reseñas de tu tienda para saber qué dicen de tu negocio. Si detectás críticas recurrentes, actuá rápido para solucionarlas.
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También podés pedir feedback directo, mediante encuestas breves o charlas informales con clientes frecuentes que pueden revelar tesoros escondidos. Ofrecé un incentivo, como un descuento, para quienes respondan.
Una que no falla es espiar a la competencia. Ponete en el lugar del cliente y mirá cómo lo hacen otros. Esto no es para copiar, sino para identificar prácticas que podés adaptar y mejorar.
Ponerte en los zapatos del cliente es más que un juego: es una herramienta poderosa para detectar oportunidades de mejora. Con pequeños ajustes, podés transformar experiencias ordinarias en memorables y fidelizar a tus clientes.
Así que, ¿qué estás esperando? ¡Hacete cliente de tu propio negocio hoy mismo y miralo brillar!