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Hay quienes dicen que mezclar no está nada bueno, porque antecede a resacas y malestares estomacales. Hoy nos toca estar de acuerdo, pero en el ámbito económico. Si hay algo que te deja de cama en términos de plata, es mezclar las finanzas personales con las del negocio.

Combinar las cuentas propias con las del emprendimiento es uno de los errores más comunes y fatales que alguien puede cometer. Nos gustaría estar exagerando, pero la realidad es que muchos de los problemas de los negocios tienen raíz en no tener bien delimitado lo que es empresa con lo que son las finanzas personales.

Ya sea por no saber organizar los números, por falta de disciplina financiera o por exceso de confianza en el desempeño del emprendimiento, el error se comete y las consecuencias se pagan. Así que mejor hacer como dice Paulina Cocina: lechuga y tomatto, asunto separato… O, en este caso, cuentas personales y del emprendimiento, cada una por su lado.

¿No terminás de entender por qué nos ponemos insistentes tan estrictos con esto? Ya mismo te contamos.

El pecado original de contabilidad y finanzas

Como dijimos, uno de los errores más grandes y comunes de quienes emprenden es mezclar, combinar y/o confundir las finanzas personales con las del negocio. Tampoco vamos a levantar el dedito acusador y hacer como que no entendemos la causa de este problemita. Quienes están emprendiendo por ahí no conocen de horarios delimitados de trabajo, ni feriados, y a veces tampoco de parar los fines de semana. Entonces, es natural que el negocio sea parte orgánica de sus rutinas. ¿Te suena? ¿Andás en esa? Venga para acá, ¡usted puede necesitar un abrazo y también unas felicitaciones por la garra!

La mezcla de finanzas sucede cuando no se diferencian los gastos personales y los empresariales, porque:

  • Usás la plata que te da un cliente para comprar algo para tu casa.

  • Usás la misma cuenta de banco para tus fondos personales y los del negocio.

  • Hacés transferencias de tu cuenta personal a la del negocio —y viceversa— sin llevar un registro adecuado.

  • Destinás los fondos de la empresa para comprar bienes personales, entre tantos otros ejemplos.

Básicamente, cuando hacés una ensalada con plata que debería estar mucho más organizada, al menos si querés que el emprendimiento crezca y se desarrolle de forma sostenida. He aquí la importancia de las finanzas claras y ordenadas que te permitan conocer el estado de salud del negocio. Y para esto es clave separar lo personal de lo empresarial.

¿Qué pasa si mezclo?

Cuando mezclamos los dos tipos de finanzas atentamos directamente contra la salud del negocio.

Estas son algunas de las razones:

  • Se dificulta el acceso al crédito porque no tenés las cuentas claras sobre las finanzas del negocio y, en consecuencia, se cortan las alas del crecimiento o perdés buenas oportunidades.

  • Es más difícil tomar decisiones porque no tenés muy claro dónde está parado el emprendimiento, y mucho menos sabés para dónde encarar. Básicamente, mezclar las finanzas le resta liquidez al negocio.

  • Complicás tu contabilidad y la elaboración de informes porque no sabés bien de dónde viene y a dónde va cada peso. ¿Tenés un saldo positivo en la balanza de la empresa o te estás financiando con tu propia plata? Ah, ¿quién sabe?

  • Claro que no saber el punto anterior hace que puedas tener mayores pérdidas, porque quizás estés inyectando tu capital en un negocio que no va para adelante ni para atrás. Y esconder algo no hace que desaparezca, precisamente.

  • También te ganás problemas con los impuestos, porque acreditar la deducibilidad de determinados gastos va a estar bien difícil.

Al contrario, las ventajas de ordenarte con las finanzas te permite tener un panorama más claro del estado económico de tu negocio, lo que te permite tomar decisiones acertadas o, al menos, bien dirigidas. Además, conocés el flujo de efectivo y si el emprendimiento es rentable. También la contabilidad es muchísimo más sencilla porque sabés de dónde viene la plata y para dónde va.

¿Lo mejor de todo? Protegés tanto tus finanzas personales como las del emprendimiento, a la vez que te ahorrás problemas familiares que pueden venir de la mano con un mal manejo de las cuentas de la casa y del negocio. Un 2×1 en tranquilidad, una ganga.

Cómo mantener las finanzas separadas

Ahora bien, decir es mucho más fácil que hacer, pero mejor que prometer es realizar. ¿Cómo logramos mantener por carriles separados las finanzas personales y las del negocio?

Acá te dejamos algunos tips para que empieces a implementar.

1. Definí tu sueldo

Por más que seas tu propio jefe o jefa y haya que mantener separadas las finanzas, la realidad es que necesitás plata para tus gastos personales, y esa plata viene de tu trabajo. ¿Entonces? Establecé tu sueldo, un porcentaje de los ingresos del negocio que puedas usar de forma transparente y práctica, porque son pesos que recibís en calidad de trabajador o trabajadora. Obvio, hacé un cálculo realista. 

2. Armá presupuestos independientes

Que tu presupuesto personal o familiar no sea el mismo ni esté mezclado con el del emprendimiento. El primer paso para mantener las finanzas separadas es planificar también de forma independiente.

3. Abrí cuentas separadas

Claro, tener la plata separada también es clave. Además, esto te puede permitir acceder a mejores condiciones de financiamiento para el negocio, ya que tu desempeño económico a nivel personal no va a tener nada que ver y va a ser mucho más fácil analizar la información de la cuenta empresarial.

4. Creá un fondo de reserva

Lo mejor es que tus finanzas personales no se mezclen con las del emprendimiento en ningún momento. Para esto es muy importante tener un fondo de reserva para cada caso, cuestión de que no tengas que recurrir a la plata de la “otra parte” para resolver imprevistos o urgencias.

Si a pesar de todo esto, llegás a necesitar echar mano a la otra cuenta, registralo como un préstamo y asegurate de devolver cada centavo, incluso con algún interés.

5. Monitoreá tus finanzas

Si no sabés cuánto entra y cuánto sale, poco va a importar que mantengas las cuentas separadas. Llevar un buen registro de tus finanzas —de cada una de ellas— también es fundamental para tu salud financiera.

Ahora ya no tenés excusas, la tenés clarísima para empezar a ordenar tus finanzas personales y empresariales para que vayan por caminos paralelos. Que vayan cerca y para la misma dirección, pero que no se crucen, eh.

¿Alguna duda? ¿Tenés la costumbre de mezclar finanzas personales con las del negocio? ¡Te leemos!

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