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Cuando estás a punto de tomar una decisión financiera importante, ¿qué es lo primero que viene a tu mente? ¿Los números, los riesgos, las oportunidades? Quizás, pero hay algo más profundo en juego acá: tu autoestima. Sí, aunque no lo creas, el cómo te ves influye enormemente en tus decisiones financieras.

La autoestima no solo afecta las relaciones personales o profesionales, sino que se extiende hasta la manera en que manejás tu plata. Desde la forma en que afrontás tus problemas económicos hasta cómo enfrentás el síndrome del impostor en el ámbito laboral, la autovaloración juega un papel crucial.  Descubrí cómo potenciar tu salud financiera de adentro hacia fuera.

¿Qué es la autoestima?

Es la valoración que cada uno tiene de sí mismo, y esto se refleja en cada aspecto de la vida, incluyendo el manejo del dinero. Si tenés una alta autoestima, es probable que enfrentes tus finanzas con más confianza. Por ejemplo podrías lograr una actitud más asertiva al pedir un aumento de sueldo, o al negociar condiciones laborales. Estas personas no solo se sienten capaces, sino que también toman decisiones financieras más informadas y realistas.

Pero, ¿qué pasa cuando la autoestima no es tan alta? Ahí es donde entran en juego los errores comunes en tus finanzas personales. La baja autoestima puede conducir a decisiones impulsivas, gastar en exceso para compensar emociones o evitar confrontar la realidad financiera. Es un círculo vicioso: la ansiedad aumenta, lo que a su vez puede dañar aún más la autoestima.

Señales de baja autoestima

A ver, esto no es matemático. No quiere decir que porque sientas que alguno de los siguientes puntos te identifica, tenés un problema. Es una guía que puede hacerte espabilar y prestar más atención sobre tu relación con la plata. 

Algunos ejemplos de que hay oportunidades de mejora: 

🟠 Decisiones Financieras Impulsivas:

Andás bajón o con alguna rabieta, y para sentirte mejor buscás alguna gratificación instantánea que implica un gasto impulsivo. ¡Subí la guardia, porque puede tener consecuencias a largo plazo! 

🟠 Evitar la planificación financiera:

Sentís que no vale la pena armar un presupuesto y ponerte metas, porque total tus números ya son un merengue y no ves oportunidad de mejora en el corto plazo. ¿Peeeeerdón? Vos merecés una situación financiera sólida. No hay que esperar ganar fortunas para tener orden y previsibilidad. 


🟠 Falta de confianza en la negociación:

No ves lo crack que sos en tu trabajo, así que tampoco considerás que merecés una mejora salarial. Incluso a algunas personas les pasa que detectan que no les hacen los aportes, y tampoco se animan a mencionarlo. Es tu derecho, te corresponde. 

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🟠 Autosabotaje financiero:

Algunas personas con baja autoestima pueden subconscientemente sabotear su éxito financiero, ya sea evitando oportunidades de ingresos adicionales o acumulando deudas. Merecés todo lo bueno, por si no te lo habían mencionado. Mientras elijas el camino de la honestidad, preparate para recibir recompensa.  

🟠 Falta de priorización financiera:

La baja autoestima puede hacer que la persona no se vea a sí misma como una prioridad, lo que lleva a descuidar aspectos importantes como el ahorro, la inversión o la planificación para el futuro.

Estrategias para mejorar

Entonces, ¿cómo podemos trabajar en nuestra autoestima para mejorar la toma de decisiones financieras? Primero, reconocé el valor que tenés, independientemente de tu situación económica. Esto puede ayudar a que te empoderes y te animes a ir más allá, como negociar un aumento de sueldo para manejar mejor tu dinero. Si no creés que lo merecés, posiblemente tampoco consideres que vale la pena pedirlo. ¿Se entiende?

Una estrategia clave es establecer metas financieras realistas. No se trata solo de soñar en grande, sino de planificar con los pies en la tierra. Y acá entra en juego otro aspecto crucial: la educación financiera. Aprender sobre finanzas personales te da herramientas para tomar decisiones más informadas y, por ende, aumentar tu autoestima en este ámbito.

Celebrá tus éxitos financieros, por pequeños que sean. Esto puede ser desde haber ahorrado una cantidad específica, hasta haber pagado una deuda. Además, practicá el autoanálisis. Identificá tus fortalezas y áreas de mejora en el manejo del dinero. Esto te ayudará a comprender mejor tus hábitos financieros y a desarrollar un plan de acción. 

Otra opción es practicar técnicas de relajación y mindfulness. Reducir el estrés puede ayudarte a tomar decisiones más claras y centradas en tus finanzas.

La autoestima y las decisiones financieras están íntimamente conectadas. Trabajar en una influye directamente en la otra. Al final del día, recordá que tu valor no se mide por cuánto dinero tenés en la cuenta, sino por cómo gestionás tus recursos, sean estos muchos o pocos. Siempre hay espacio para mejorar.

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